ANII | Agencia Nacional de Investigación e Innovación

Actualmente, expertos de todo el mundo están ?despertando? el concepto de IoT (Internet of Things) para enfrentar los desafíos sociales y ambientales en alimentación y agricultura: un entorno donde los objetos, los animales o las personas están equipadas con identificadores únicos capaz de transmitir datos a través de Internet (Gluhak et al. 2011). Como IoT puede aún ser vulnerable a amenazas de privacidad y seguridad, se ha propuesto su asociación a la tecnología Blockchain (BC) para resolver la mayoría de sus deficiencias arquitectónicas (Novo 2018). BC puede trabajar con contratos inteligentes que permiten a los agricultores ofrecer productos a organizaciones o individuos sin entidades intermediarias, y a los consumidores consultar el historial a través de una plataforma web o móvil en tiempo real. Se puede obtener entonces (por sobre otras herramientas): transparencia, seguridad, confiabilidad en las transacciones, y facilidad de acceso a financiación en mercados globales (Lan et al. 2017). Para las comunidades rurales uruguayas, esta tecnología podría entonces representar una vía de solucionar problemas de interacción con el medio y, por ende, posibilidades de crecimiento en rentabilidad/sustentabilidad. Pero es necesario comenzar por estudiar si las alternativas ofrecidas son realmente viables según los objetivos personales de sus integrantes y la apertura del medio externo (Schulz et al. 2020), lo cual sería el objetivo principal de esta investigación. Luego, específicamente, la relación con otras tecnologías disponibles y qué efecto puede tener una inversión tecnológica ("el digitalizarse") sobre su rentabilidad/sustentabilidad, con un enfoque multidisciplinario. El foco estará en la comunidad de Mborayú en las Sierras de Maldonado, probando un modelo basado en estrategias de eCommerce donde ofrecer productos en preventa interactuando con un grupo de consumidores, incorporando aspectos logísticos como faenas, traslados, etc.,siendo posible integrar ideas de distribución capilar como ?última milla? (Wang et al. 2016).